El señor Francisco Javier Cisneros
Biografia adapatado de [1].
Francisco Javier Cisneros nació en la ciudad de Santiago de Cuba, el 28 de Diciembre de 1836, y falleció en Nueva York en 1898. Su padre el abogado Don Hilario Cisneros y Saco.
Hizo estudios en el Seminario de San Basilio; que luego continuó en la Habana. Se graduó de Ingeniero Civil en la Universidad de la Habana en 1857, y completó su carrera con un nuevo grado recibido en los Estados Unidos en el Instituto Politécnico de Troy. Inmediatamente después de haber terminado sus estudios fue contratado por un sindicato inglés para trabajar como ingeniero en ferrocarriles de Cuba hasta 1868.
En dicho año, Cisneros, tomó a su cargo la dirección del periódico El País de Cuba, que para entonces era una colonia Español. Desde el periódico promovió el movimiento independista de España. El 10 de Octubre de 1868 estalló en Yara la revolución, y
Cisnerios, perseguido muy de cerca por los agentes del Gobierno de España, logró escapar hacia
York, sano y salvo, desde donde siguió colaborando con la revolución.
Para integrar una de esas expediciones, efectuada en 1870, vino por primera vez a Colombia y
enganchó en el Estado del Cauca una partida de voluntarios, que se combatieron en Cuba. Fue en tal ocasión cuando conoció a Don José Antonio Céspedes, su futuro introductor ante el Gobierno de Antioquia. En la última de aquellas arriesgadas empresas, hubo de permanecer por algún tiempo en la Isla de donde se escapó una vez más, embarcándose en un buque mercante que llevaba rumbo hacia Kingston, desde donde luego retornó a Nueva York. En 1871, publicó una una memoria presentada a la Sociedad de Ingenieros Prácticos de Nueva York, opinando sobre la debatida cuestión de ferrocarriles de vía angosta, de que era decidido partidario para países de incipiente cultura, como el nuestro es esa época. En 1874, obtuvo la ciudadanía americana que mantuvo hasta su muerte.Con su amigo Don Aniceto G. Menocla abrió una oficina de ingenieria civil en aquella ciudad , y en asuntos de su profesión marchó al Perú en 1873.
En el Perú se encontraba a fines del año antes indicado, cuando el Gobierno de Antioquia lo llamó. Para entonces tenía treinta y seis años. Era Presidente del Estado Soberano de Antioquia en 1874 Don Recaredo de Villa. Llegó CISNEROS a Medellín en los comienzos de Febrero de dicho año, y entró inmediatamente a trabajar con los gobernantes. Para el 14 de febrero fue firmado y aprobado el contrato con que se inició la obra para un ferrocarril que debía partir de Puerto Berrío, a orillas del Río Magdalena, y llegar hasta el paraje de Aguas Claras, en el Distrito de Barbosa, población que se comunicaba con la ciudad capital por una buena vía de carretera.
Las estipulaciones principales del contrato eran las siguientes: Ancho de la vía, 914 milímetros gradientes; radio mínimo de las curvas 70 metros; efectividad de transporte para locomotoras que pudiesen arrastrar por lo menos 80 toneladas, incluyendo su propio peso, a una velocidad de 15 kilómetros por hora; puentes y viaductos definitivos de hierro, piedra o ladrillo; rieles de carril americano con peso de 14 1⁄2 kilogramos por metro lineal; durmientes de maderas finas, con una longitud de 1 metro y 80 centímetros, 20 centímetros de ancho y 12 de espesor, colocados a 75 centímetros.
En la parte económica logró la concesión para la explotación de la obra por 55 años, contados a partir del 1o de Marzo de 1883, fecha en que se juzgaba que debía estar concluida; traspaso en propiedad al Gobierno de toda la empresa y sus anexos a la expiración del plazo de la concesión.
Al día siguiente de formalizado el convenio, y después de haber designado a Don Juan de S. Martínez
como su representante legal, partió CISNEROS para los Estados Unidos, en busca del capital necesario y decolaboradores técnicos para la obra.
Después de unos cuantos días de permanencia en Colón, llegó a Nueva York el 1o de Abril, y como no consiguiése allí los fondos requeridos, partió para Europa al concluír del mes, esperando correr mejor suerte en Londres, y visitó también París con igual objeto.
York, sano y salvo, desde donde siguió colaborando con la revolución.
Para integrar una de esas expediciones, efectuada en 1870, vino por primera vez a Colombia y
enganchó en el Estado del Cauca una partida de voluntarios, que se combatieron en Cuba. Fue en tal ocasión cuando conoció a Don José Antonio Céspedes, su futuro introductor ante el Gobierno de Antioquia. En la última de aquellas arriesgadas empresas, hubo de permanecer por algún tiempo en la Isla de donde se escapó una vez más, embarcándose en un buque mercante que llevaba rumbo hacia Kingston, desde donde luego retornó a Nueva York. En 1871, publicó una una memoria presentada a la Sociedad de Ingenieros Prácticos de Nueva York, opinando sobre la debatida cuestión de ferrocarriles de vía angosta, de que era decidido partidario para países de incipiente cultura, como el nuestro es esa época. En 1874, obtuvo la ciudadanía americana que mantuvo hasta su muerte.Con su amigo Don Aniceto G. Menocla abrió una oficina de ingenieria civil en aquella ciudad , y en asuntos de su profesión marchó al Perú en 1873.
En el Perú se encontraba a fines del año antes indicado, cuando el Gobierno de Antioquia lo llamó. Para entonces tenía treinta y seis años. Era Presidente del Estado Soberano de Antioquia en 1874 Don Recaredo de Villa. Llegó CISNEROS a Medellín en los comienzos de Febrero de dicho año, y entró inmediatamente a trabajar con los gobernantes. Para el 14 de febrero fue firmado y aprobado el contrato con que se inició la obra para un ferrocarril que debía partir de Puerto Berrío, a orillas del Río Magdalena, y llegar hasta el paraje de Aguas Claras, en el Distrito de Barbosa, población que se comunicaba con la ciudad capital por una buena vía de carretera.
Las estipulaciones principales del contrato eran las siguientes: Ancho de la vía, 914 milímetros gradientes; radio mínimo de las curvas 70 metros; efectividad de transporte para locomotoras que pudiesen arrastrar por lo menos 80 toneladas, incluyendo su propio peso, a una velocidad de 15 kilómetros por hora; puentes y viaductos definitivos de hierro, piedra o ladrillo; rieles de carril americano con peso de 14 1⁄2 kilogramos por metro lineal; durmientes de maderas finas, con una longitud de 1 metro y 80 centímetros, 20 centímetros de ancho y 12 de espesor, colocados a 75 centímetros.
En la parte económica logró la concesión para la explotación de la obra por 55 años, contados a partir del 1o de Marzo de 1883, fecha en que se juzgaba que debía estar concluida; traspaso en propiedad al Gobierno de toda la empresa y sus anexos a la expiración del plazo de la concesión.
Al día siguiente de formalizado el convenio, y después de haber designado a Don Juan de S. Martínez
como su representante legal, partió CISNEROS para los Estados Unidos, en busca del capital necesario y decolaboradores técnicos para la obra.
Después de unos cuantos días de permanencia en Colón, llegó a Nueva York el 1o de Abril, y como no consiguiése allí los fondos requeridos, partió para Europa al concluír del mes, esperando correr mejor suerte en Londres, y visitó también París con igual objeto.
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